Todo el mundo sabemos que 60 segundos son un minuto y que 60 minutos son una hora. Que 24 horas son un día y 30 a 31 días un mes, y 12 meses un año. Y el tiempo es exacto, nunca hay más de 60 segundos en un minuto ni tampoco menos. Y sí, técnicamente así es, sin embargo, el tiempo se vuelve relativo según el momento que vivimos.
Cuando estamos disfrutando una fiesta con los amigos el tiempo se nos pasa volando, cuando te das cuenta ya se hizo tarde y quisieras quedarte más tiempo. En cambio, cuando estamos angustiados por algún problema, o a la espera de saber algo o esperando a alguien el tiempo nos parece casi eterno. Pero así es el tiempo, la realidad es que siempre es exacto, nosotros somos quienes lo hacemos relativo.
Cuantas veces las mamás y papás dicen de los hijos cuando son pequeños: “quisiera detener el tiempo, y que se quedara más tiempo niño”. O cuando los novios están juntos y se sienten muy bien se dicen que “quisieran detener el tiempo”. Pero no podemos detener el tiempo ni tampoco apresurarlo, el tiempo es como es aunque a veces no lo entendamos.
Y aún en el deporte, el tiempo es tan relativo entre uno y otro corredor como las personas somos diferentes. Los 40 minutos que para mí serían buenísimos corriendo 10 km, para un corredor elite sería un tiempo lento. Y son los mismos 40 minutos, solo que los objetivos de cada persona lo hacen diferente. Y creo que eso es parte del “encanto” de las carreras, triatlones o cualquier deporte de resistencia, somos miles de corredores, con miles de capacidades y objetivos diferentes, que arrancamos a la misma señal de partida, la misma ruta, la misma distancia, y cada uno de nosotros hace una carrera diferente.
El tiempo es tan relativo como real y no podemos cambiarlo. Lo único que podemos y debemos hacer, es disfrutarlo y aprovecharlo al máximo. Si estamos con la familia, disfrutarla, escuchar a nuestros hijos, a nuestra pareja, a nuestros hermanos y a nuestros padres. Conocer cómo estuvo la escuela, la oficina, si la pasaron bien, si algo les angustia, conocer a sus amigos, sus sueños, ideas, lo que les gustaría hacer y también lo que no les gusta. Las cosas cambian cuando menos lo esperamos, los hijos crecen y empiezan a hacer sus vidas, y cuando te das cuenta ya no viven más contigo. Y los papás también crecen, cuando nos damos cuenta se empiezan a hacer “viejitos”, y si no los disfrutamos y aprendemos de ellos cuando los tenemos cerca, en el momento menos pensado se pueden ir.
Alguna vez corrí por debajo de los 40 minutos los 10 km (38:10 min), y por debajo de las 3 horas un maratón (2:58:25) Y mi mejor 5 km lo hice en 17:25 min (“aunque usted no lo crea”, la verdad yo misma me sorprendí, ¡me dio mucho gusto ver el crono ese día!) Ahora todo eso es pasado y, difícilmente, podría igualar esas marcas (si se fijan no dije “imposible”, solo “difícil”). Pero haberlo vivido cuenta. Cuenta como experiencia y la experiencia son esa serie de conocimientos y vivencias que vamos acumulando a lo largo de los años mientras crecemos. A veces me preocupa que algunos jóvenes como que “desprecian” los conocimientos de los mayores, como si no tuvieran nada que aprender del pasado. Como si la historia no tuviera mucho que enseñarnos. Y eso es un grave error, de hecho, creo que “se peca de soberbia”: “Ya lo sé todo, ¿que más podrían enseñarme los demás?”... No mi amigo, en esta vida, por más experiencia que tengas y más años cumplidos, siempre hay algo nuevo que aprender y algo maravilloso que disfrutar. Y muchas veces aprendes de quien menos te imaginas.
"Puedo vivir con el fracaso.
Lo que no puedo soportar es
no haberlo intentado".
- Sanya Richards-Ross
Sanya fue Campeona Olímpica y Mundial de 400m planos y relevos 4x400
en múltiples ocasiones
Si reflexionas sobre lo que hiciste en el año, seguramente tendrás muchos buenos momentos que recordar, así como algunas situaciones que no querrás volver a repetir, de los que quizá te arrepientes de no haber callado, de haber hablado de más, o de no haber hecho tu máximo esfuerzo como siempre lo haces. O quizá al revés, hiciste tu mejor esfuerzo y, aún así, las cosas no resultaron como querías. Así es la vida, no te angusties, fracasar es parte del entrenamiento; más aún, para tener éxito hay que fracasar muchas veces antes.
También recordaremos con cariño a aquellos que partieron antes que nosotros. Sentiremos mucho su ausencia esta Navidad, pero sabemos que estarán cerca de nosotros aunque no podamos verlos más.
Por cierto, con los años pasa igual que con los tiempos y las carreras. Es tan relativa la edad, si estoy con las amigas de mi mamá “soy la más jóven”, si estoy con los amigos de mi hermana “soy la más grande”..., y si estoy con mis pequeños sobrinos no pueden creer que alguien “tan grande” pueda aún andar en bici, corra con los perris, y que le guste irse a “correr o competir” a diferentes lugares.
El tiempo es tan relativo como la edad. Me emociona tanto ver a los más pequeños compitiendo como a las personas mayores. Hace poco, por ejemplo, me impresionó ver a un señor de 77 años (la edad de mi mamá) haciendo su 12° Ironman y su 5° en Cozumel... Lo felicité y pensé: "ojalá llegue a su edad y pueda seguir corriendo".
En fin, se nos acaba el 2018 y pronto iniciará el Año Nuevo, que siempre, nos guste o no, marca un nuevo comienzo para todos. Cada quien sabemos si aprovechamos el año al máximo o si desperdiciamos algunas buenas oportunidades. Si amamos lo suficiente a quienes tanto queremos o si nos faltó decirles que los queremos. Como haya sido, es una buena oportunidad para reflexionar sobre el pasado y pensar en los nuevos retos que queremos hacer en el futuro cercano. Les comparto una frase de Muhammad Ali (considerado el mejor boxeador de todos los tiempos y luchador incansable contra el racismo de gran influencia en su generación)
"No cuentes los días,
haz que los días cuenten".
- Muhammad Ali
Muhammad Ali (Cassius Clay 1942-2016, EUA) Es considerado el mejor boxeador de todos los tiempos y un luchador incansable contra el racismo y la libertad religiosa en su país.
Leyenda del boxeo, ídolo del pueblo y activista político de gran influencia en su generación.
Mis mejores deseos para ustedes y su familia en esta Navidad y mucho éxito, salud y deporte el próximo año.
Por Claudia Plasencia para: www.asdeporte.com